ALMA Y LA ABEJA
Patricia Morales

Alma era modesta, pequeña, atenta y silenciosa, vivía sus días alegremente y siempre con ansias de aprender y descubrir el mundo. En cierta ocasión el Maestro le pidió que dibujara una abeja. Alma muy extrañada se abocó a la tarea encomendada, trató en varios intentos con líneas y borrones recordar cómo era una abeja. Finalmente, algo afligida, mostró su dibujo. Alma estaba clara que dibujar una simple abeja parecía fácil y rápido.
A la semana siguiente el Maestro pidió a Alma que volviera a dibujar una abeja pero esta vez observándola. Al terminar su dibujo se sorprendió de la gran diferencia con el primer dibujo. Se le abría todo un mundo de posibilidades, si sólo se proponía OBSERVAR, con detención y conscientemente. Además, se le aparecieron, en sus dibujos, múltiples abejas y formas de verlas, esto dependía del ángulo de mirada. Se desvela lo que estaba velado …
La observación es lo único dentro de ti que no forma parte de la mente y no te pertenece, aunque pertenece a la existencia misma. Lo que sea que tengas que hacer en este momento, hazlo con involucramiento absoluto. Sólo entonces conocerás la dulzura de lo que significa ser consciente.
Nuestra libertad solo puede llegar hasta donde llega nuestra consciencia.
Libertad es el permiso de rectificación constante para cada pensamiento, decisión o comportamiento de la vida
muy didáctico el cuento.