Los animales no humanos: seres sintientes

Para quienes hemos compartido o vivido junto con estos seres, lo tenemos claro. Con su presencia, compañía y comunicación, vamos generando un vínculo y una relación amorosa. Sentimos su compañía, hasta hacerse parte integrante de nuestras vidas y pasamos a incluir en nuestras acciones habituales, sus cuidados personales.

 

En la medida que vamos relacionándonos con ellos, vamos reconociendo sus características particulares, sus formas de expresión, sus necesidades y sus expresiones amorosas. Esto va relacionado con nuestro propio proceso de autoconocimiento y descubrimiento interior, respondiendo a esa interrogante central interna de sentido y propósito de mi vida. 

 

En ese camino de autodescubrimiento, se lleva a reconocer, en un inicio, las propias características personales, fortalezas, debilidades, aspiraciones y aprehensiones y luego, a profundizar en la búsqueda de respuestas al sentido de la propia vida más allá de los aspectos comunes de humanidad, de esos aspectos volcados hacia lo exterior, a las metas personales, sino que a un sentido más profundo  e interno de la existencia, del mundo, la naturaleza, los animales…. 

 

Todos, en algún momento de su vida, se formulan esta pregunta vital y comienzan la búsqueda de su propia respuesta de sentido.

 

Los animales no humanos también son seres sintientes, experimentan dolor, ansiedad y sufrimiento, físico y psicológico, cuando se les mantiene en cautividad o se les priva de alimento, por aislamiento social, limitaciones físicas o cuando se les presentan situaciones dolorosas de las que no pueden librarse. Son conscientes de sí mismos y de lo que les rodea”.

 

Algunas corrientes de pensamiento o teorías predominantes relacionadas con la protección de los animales, hablan de la “ sintiencia animal”.

 

La Declaración de Cambridge sobre la Conciencia (Cambridge Declaration on Consciousness) es un manifiesto firmado durante una serie de conferencias respecto de la conciencia en los animales humanos y no humanos, realizadas en julio de 2012, en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), que concluye que los animales no humanos tienen conciencia.

 

Entonces, surge la inquietud interior respecto del relacionamiento entre todos  los seres que vivimos en este planeta, con quienes compartimos este lugar único,  que también están en su propio proceso de desenvolvimiento, y que por alguna razón, nos encontramos compartiendo en este lugar y en este tiempo.

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