El Pez González

Por Marisi Blanco

Habia una vez un pez llamado Gonzalez

El pez vivía de vez en vez

vivía según lo que le aparecía

no pensaba en el futuro ni en el pasado

vivia según lo que amanecía ese día.

Un día vino la rana,

le contó que una gaviota

se hacía la marmota

junto en la orilla

cazaba a mas de un desprevenido

y se lo engullía

sin piedad ni simpatía.

Hace mas de un mes que sucedía

Toda preocupada

la rana le contaba,

pero el pez Gonzalez

con su desfachatez

ni caso le hizo

y hasta se le rió un poquito,

¡tanta preocupación sin motivo!

Se dió la vuelta y se fue a navegar despacito

Disfrutando de las algas y las olas

Y en eeeeso apareció la gaviota!

Frente a sus ojos

sobre una roca

haciéndose la marmota…

uy uy uy si iba a tener razón la rana,

ahora le tocaría a él ser la comida

para la gaviota ese día.

Se quedó quieto, muy quieto

flotando frente a su peligro.

Me haré el muerto

pensó…pero no solo eso pensó

su mente divagó

en un laberinto

de perdidos pensamientos

que había dejado guardados

sin ningún lamento.

En su quietud se acordó

de las mil cosas que dejó por hacer

se acordó de los tantos besos

que no hizo nacer.

Recordó viejas enseñanzas

de su abuela y se dió cuenta

lo inteligente y sabia que era.

Me cachís, cuanto había dejado pasar

creyendo que vivía en presente,

cuando no escuchaba ni a su gente,

ni la besaba lo suficiente.

Ahí tomó conciencia que el presente

es estar totalmente conciente

no del tiempo

sino del momento

de sambullirse a pleno,

de comprometerse.

Ahora no tenía ni tiempo para arrepentirse

Estaba la gaviota firme

esperando un movimiento

El pez Gonzalez

ya estaba del revés

con la panza hacia arriba

como los peces muertos

Que cosa más rara,

una vez que se aterraba y paraba

y estaba tan atento

de dió cuenta que su vida era un cuento,

por vivir sin estar realmente en cada momento.

Entonces decidió disfrutar del movimiento

del agua mientras se hacia el muerto.

Hasta vio el zooplancton

que nunca lo había visto

pensaba que era leyenda,

vió los rayos del sol de otra manera

y sintió a su Ser tan pleno…

Entonces vió como la gaviota

cansada de esperar

se volvió a su nido

sin rima y sin ningún sonido

el pez Gonzalez

volvió a vivir otra vez

pero consciente, atento,

sin hacerse el muerto

viviendo el momento

y sobre todo sabiendo

que todo pasa

como la brisa en movimiento

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