Curso «Prácticas del desenvolvimiento»
Estamos habituados a juzgar en forma subjetiva nuestras respuestas a los estímulos que recibimos, pero quienes son testigos de esas respuestas suelen juzgarlas de otra manera. Esas discrepancias pueden producir confusión, cuando no, disgusto o rencor entre nosotros. ¿Hay alguna forma de evitar confrontarnos de esa manera, o de llegar a un juicio justo acerca de unos y otros? Pocas veces la encontramos o, si la hubiera, rara vez la aplicamos.
Los ejercicios de detención pueden ayudarnos a no ser tan subjetivos, a no juzgar como sentimos o nos parecen las cosas sino a verlas en forma más aproximada a como son. Esos ejercicios consisten en detenernos interiormente para tomar distancia y contemplar con imparcialidad lo que sucede y también a nosotros mismos, sin prejuicios ni reacciones defensivas.
Como ocurre con la visión, no podemos ver mucho cuando estamos muy cerca del objeto que observamos; solo cuando nos alejamos se expande el panorama, y más aún cuanta más distancia tomamos. Tanto en situaciones de la vida como cuando atendemos a lo que nos ocurre, tomar distancia de nosotros mismos nos permite poner en un contexto más amplio lo que nos pasa y también lo que ocurre más allá de nosotros.
El examen retrospectivo nos ayuda a desarrollar el hábito de observarnos con imparcialidad y objetividad, sin dejarnos envolver por emociones, por lo que nos sucede o lo que ocurre, tanto en el presente como en el pasado. El examen retrospectivo cumple varias funciones; por ejemplo, desarrollar la memoria, mejorar nuestro dominio sobre la mente y tomar conciencia de lo que hacemos con nuestra vida. Este ejercicio implica una detención interior. Detenemos la corriente mental que traemos del día y tomamos distancia para observar imparcialmente lo que ocurrió.
Miramos cada uno de los hechos sin calificarlos, para que nos hablen por sí mismos y nos ayuden a darnos cuenta de cómo nuestras decisiones y reacciones marcan el curso de nuestra vida. Al igual que otros ejercicios de detención, el examen retrospectivo nos muestra cómo somos y lo que hacemos con nuestra energía y nuestro tiempo.
Este ejercicio puede llevarnos más allá cuando contemplamos un período o toda nuestra vida. Esa perspectiva nos da conciencia de ser-en-la vida, una noción de ser que se va acentuando a medida que tomamos más distancia para distinguirnos en el curso ilimitado de la existencia.
Además de hacer este ejercicio antes de dormir por la noche, también podemos hacerlo en algún momento del día, para revisar algo que ocurrió, y sacar conclusiones que nos enseñen a evaluar sin juzgar.
Este ejercicio te va dando más aceptación a lo diferente todo lo vas aceptando como normal