Honestidad interior, un camino hacia la libertad

Por Oscar Giordano –Publicación Revista Vuelos

MUCHOS DE NOSOTROS DESDE HACE MUCHOS AÑOS -algunos desde nuestra, ahora, lejana juventud- hemos emprendido un camino para desenvolvernos espiritualmente.

Cuando revisamos las estrategias para abordar este objetivo, visualizamos que a lo largo del tiempo lo hemos ido enfocando en variadas áreas de trabajo.

Si un escultor se propone esculpir la imagen de una madre con su hijo, en una roca por ejemplo, es la totalidad de la imagen la que mantiene como objetivo durante todo el proceso de su obra.

Esta analogía nos ayuda a comprender la necesidad de mantener claro el objetivo del sendero que estamos transitando. Cafh es un camino de liberación interior. Quienes emprendemos ese camino entendemos que esa búsqueda es la piedra angular que sustenta toda la tarea de desenvolvimiento espiritual.

En la analogía utilizada, el escultor observa con minuciosidad cada detalle de su trabajo, sin perder de vista la totalidad, para que su obra exprese la armonía del conjunto. Del mismo modo el trabajo de liberación interior en el pensar, sentir y actuar, tiende a dar una respuesta armónica en todo el contexto de nuestra vida y de la Vida.

Enfocamos aquí en uno de los pilares para un desenvolvimiento espiritual coherente y armónico: la honestidad interior. Hay una expresión muy frecuente que habla “de guardar la basura bajo de la alfombra”, cuando se trata de esconder o no dar a conocer algo. Inevitablemente en el trabajo de desenvolvimiento espiritual nos encontramos con pensamientos, sentimientos y actitudes que intentamos ocultar o que ocultamos, no solo de los demás, sino de nosotros mismos.

Consciente o inconscientemente no queremos reconocerlos ni que se reconozca, en un intento de proteger la imagen que tenemos de nosotros mismos y la que queremos ofrecer a los demás. Esta actitud deja intactos aspectos que pueden no gustarnos, pero que constituyen materias primas para trabajar con ellas, como la roca del escultor. Conservar este encubrimiento consume tiempo y energía. Estamos “guardando la basura bajo la alfombra”, sabemos que está allí, condicionando nuestras actitudes y conductas; y constituye, por lo tanto, una pérdida de libertad interior.

Ver lo que guardamos bajo la alfombra, sin tapujos, sin encubrimientos, sin engaños, sin subterfugios ni explicaciones.

La reflexión y el análisis son medios valiosos de reconocimiento, pero, por sí mismos, no son agentes de transformación. Levantamos la alfombra para que se nos revelen las regiones oscuras, no queridas. Están allí manifestando toda la energía mental, anímica y física que requiere su ocultamiento.

Energía potencial disponible para impulsar la corriente de significado de nuestra vida hacia regiones elevadas del espíritu humano. No es un estado beligerante, de lucha contra “la basura que está bajo la alfombra”, sino de observación sin justificaciones ni defensas. Son apegos adquiridos que no forman parte de nuestra interioridad. Sin embargo, mientras estén allí continuarán emitiendo sus mensajes.

La observación franca y la actitud honesta, transparentan la relación con nosotros mismos. Podemos decir entonces: “Te veo claramente, estás allí tratando de sobrevivir, huyes de la luz que ilumina la conciencia y tratas de refugiarte en rincones oscuros. No te ilusiones. No alimentes expectativas, no tienen lugar en mi vida. Me están esperando encuentros insospechados y camino hacia ellos resueltamente, acompañado de quienes han vislumbrado horizontes más amplios. Esta compañía refuerza mi determinación y me muestra que no hay desenvolvimiento espiritual aislado y que solo tiene significado el crecimiento individual que reconoce el valor de la interdependencia.

Comparta este contenido:

3 comentarios en «Honestidad interior, un camino hacia la libertad»

    • Hola
      este artículo es una re-publicación de un artículo antiguo de la revista Vuelos.
      ¿Por qué te interesa ese tema en particular?

      Responder

Deja un comentario