El estrés nos invade a nosotros y al ambiente

El estrés produce mal humor, cansancio nervioso, tensión, irracionalidad, falta de concentración, etc.

Se expone uno al estrés, entre otras cosas: por la agresión de otros contra uno y de uno contra otros; el ambiente del lugar, casa o ciudad, el smog, ruidos molestos, agresividad; el no cuidado del medio ambiente; el trabajo con mucho apuro; falta de trabajo manual bien hecho y con sentido; mirar mucha televisión sin selección de temas, y otras razones que usted puede descubrir.

El estrés en sí no es malo. Hasta un cierto nivel es normal, y es parte de las defensas del psiquismo.

Es necesario no llegar al extremo de dar rienda suelta a nuestras tensiones, por ejemplo, con gritos y malos modos, sino controlarse. Pues de este modo uno elige cortar con una cadena de ira que envenena la sangre y produce reacciones de agresión similares en los demás.

FORMAS PRÁCTICAS DE SUPERAR EL ESTRÉS DIARIO

Al salir de casa a nuestro trabajo o actividad diaria, elevemos el pensamiento a lo divino, o a lo más elevado que uno considere, para que guíe nuestro día.

Me han dicho que el estrés lo elige uno. Por ejemplo; si estamos en un taco de 30 minutos, elijamos salir 30 minutos antes al día siguiente, y si aún así tenemos más demora de tráfico, elijamos no afligirnos, sino orar, leer o hacer algo provechoso que no nos ponga tenso.

Uno toma decisiones constantemente, en forma consciente o inconsciente y elige una forma de actuar u otra. Por ejemplo, si uno elige cortar de inmediato una discusión, y callar, obtendrá una mejor relación humana con la persona con la que iba a discutir. Esto hace variar nuestro destino en mayor o menor grado.

Si damos salida al estrés, por ejemplo, gritando a otro chofer, este recibirá la agresión dejándola caer en otro y así sucesivamente nos vamos contaminando todos.

Otro caso es el de que a veces nos invade el desánimo y no queremos levantarnos (aunque esto sea posible para nosotros), si hacemos el esfuerzo y empezamos el día trabajando, nos libramos de una depresión incipiente. Lo importante es perseverar. Dicen que el mejor amigo de la depresión es la cama.

Nos estresamos también cuando interpretamos mal lo que hacen o dicen los demás, y les suponemos mala intención. Elegimos también el estrés si murmuramos sobre alguien, de modo que otros piensen, “¡Vaya!, en realidad no me había fijado”. Y vamos propagando la mala intención que nos carga también a nosotros. De este modo es común que lleguemos a casa de vuelta del trabajo, muy tensos, de mal humor, y que también nuestra familia esté agresiva. Para poder relacionarse en estos casos he hecho una lista de posibles formas prácticas:

 

Limpiarnos del estrés:

  • Conciencia: Detenerse un instante para orientar nuestros pensamientos y sentimientos lo más elevado posible de modo de estar en “buena onda”.
  • Limpieza de cargas negativas: Lavarse las manos y dejar correr el agua unos momentos sobre estas. Si fuese posible incluso tomar una ducha y ponerse ropa limpia.
  • Regar y jardinear: Creo que las plantas agradecen los cuidados. El contacto amoroso con la tierra nos purifica y da energía.
  • Auto masajes: Masajear suavemente la nuca e ir haciéndolo progresivamente más hacia lo profundo.
    • Pasar la mano (palma) por la cabeza desde la frente hacia la nuca. (Suavemente).
    • Pasar la planta de los pies desnudos por una alfombra de yute o áspera de modo de masajear la planta.
    • Masajear los dedos de los pies y de las manos uno por uno.
  • Trabajo manual que limpie nuestras escorias. Hecho con sentido y practicando la oración. Por ejemplo, si vemos que hay una olla sucia, la lavamos prolijamente, pensando que estamos limpiando nuestra mente, los sentimientos de nuestro corazón, etc. De modo de transformar nuestro interior sucio en algo tan resplandeciente como esa olla.
  • Si usted cree en la oración, esta, hecha con fe y amor es una ayuda para nosotros y los demás, y tiene gran poder contra el mal.

Puedes conocer más aquí, sobre cómo la meditación te puede ayudar.

Favorecen el estrés:

  • No dormir lo suficiente. Alimentarse mal (falta de leche y productos lácteos, por ejemplo).
  • Exceso de café, alcohol, tabaco, y por supuesto las drogas.
  • El sedentarismo.
  • El no adaptarse a las exigencias del medio.

Sin embargo, muchas personas necesitan ayuda de fármacos para soportar situaciones de estrés o depresión, angustia, tensiones, nerviosismo o falta de sueño. Aunque me parece a mí que un buen remedio es el amor puro y el aprender a vivir.

Si es posible, hacer una vida ordenada y equilibrada con oración, trabajo manual hecho con delicadeza y trabajo intelectual. También es importante contar con alguna distracción que nos entretenga y nos aleje de pensar en nosotros mismos. Esta distracción podría ser, por ejemplo, un paseo por una plaza, visitar un amigo, tomarse un café conversado etc.

 

Conclusión

Cuando uno empieza a sentirse mal, es bueno decirse “me siento bien, me siento bien, me siento muy bien”, y comenzar otra actividad que nos anime y nos distraiga. El miedo a enfermarnos nos enferma. El estrés puede causar depresión, si es sostenido y no se repone la persona con el sueño. 

Es importante aprender a hacer reserva de energía y no llegar a estados de agotamiento excesivo, tanto físico como mental. Por ejemplo, cambiar una actividad física intensa por una actividad intelectual en reposo.

Por Antonia Ginart

Titulo original: LIMPIEZA DEL ESTRÉS QUE NOS INVADE A NOSOTROS Y AL AMBIENTE

Comparta este contenido:

Deja un comentario