¿Es posible la vida espiritual en el mundo de hoy?

Una mirada desde el devenir histórico y el aporte de la vida espiritual de Cafh a la mística del ser humano actual.

Autora: Elena Gracia

Tradicionalmente ¿Qué entendemos por vida espiritual, por místicos?

¿Hemos leído o visto alguna película sobre la vida de monjes o santos?

¿Dónde pensamos que estaban y/o están “los místicos”? ¿En el Tibet, en el desierto, en los conventos: carmelitas, trapenses, cartujos? 

Vidas que se nos aparecen como sinónimos de oración, soledad, apostolado, de un vivir apartados del mundo.

¿Cuántos de nosotros con todo lo que tenemos que hacer cada día pensamos que tendríamos la posibilidad de realizar algunas de estas prácticas y vivir desligados del mundo y de nuestras responsabilidades familiares, laborales, sociales, para así poder responder a nuestros anhelos de trascendencia, de desenvolvimiento espiritual?

La pregunta no niega el valor de estas vidas consagradas, muy por el contrario, sobre su realización se apoya nuestro actual anhelo de espiritualidad. Solo nos preguntamos si esta sería una opción válida para todos los seres humanos al día de hoy. 

¿Cómo lo ven?

El concepto guía que nos da Cafh

El concepto guía que nos da Cafh es buscar siempre en la realidad, en mi realidad, los elementos para mi trabajo de desenvolvimiento espiritual.

Un tema de reflexión en los grupos de Cafh en los años 1969-70 era plantearnos cuál podría ser un camino místico adecuado para el hombre contemporáneo.

En Cafh, como punto de partida, entendemos que el desenvolvimiento espiritual no es algo privativo de seres especiales.

Si entendemos el desenvolvimiento espiritual como la ampliación progresiva del estado de conciencia, como la posibilidad última del ser humano, necesariamente, por su condición de ser humano, nadie debiera quedar excluido de esta posibilidad.

Podríamos razonar de esta manera: 

Si los afanes y el bullicio de la vida contemporánea no nos permiten tener el retiro y el silencio necesarios para elevar nuestra alma, dejemos el mundo, vayamos a la soledad, a la montaña, para vivir allí una vida armónica y serena. ¿Piensan ustedes que todas las personas podrían acogerse a esta posibilidad?

Para comenzar ¿cómo se sustentarían? Tendrían que ser sustentados por los que no somos “místicos”, los que nos quedamos en el valle, trabajando. ¿Cómo lo ven?

Otra pregunta: ¿Piensan ustedes que se puede ir en contra de la civilización con todo el esfuerzo y el sacrificio de tantos seres que han aportado al progreso de la humanidad? ¿Negaríamos el desarrollo de los frutos del cerebro humano? 

¿No sería mejor o más eficiente acompañar ese creciente desarrollo técnico y científico con un incremento del desarrollo de la conciencia expresada en responsabilidad, compasión, inclusión, no confrontación, participación?

El Mensaje de Cafh

El Mensaje de Cafh es la Renuncia. En un modo simple lo entiendo como dejar voluntaria y libremente aquello que de antemano sé que no puede ser permanente en el tiempo.

¿Cómo entiendo la práctica de la Renuncia y cómo podría explicarla?  

Hago lo que está a mi alcance lo mejor que puedo, no por el deseo de competir, ni para ser reconocida, ni por una recompensa, ni para demostrar que soy mejor que otro, sino porque sí, porque no podría hacerlo de otra manera, lo hago por propia convicción y responsabilidad.

Es una genuina expresión de libertad.

Trato de realizar en mí lo que anhelo para la humanidad. 

Si un ser humano común y corriente puede tener una actitud diferente frente a las circunstancias que inevitablemente nos acompañan a lo largo de la vida, eso se vuelve posible para otro u otros seres humanos y la suma del total, de alguna manera, se vuelve diferente para la humanidad. 

En Cafh he aprendido a encontrar las herramientas para el trabajo interior en la vida que es mi vida. Dentro de las características y circunstancias que la determinan. Ese es mi punto de apoyo.

En Cafh he aprendido que el sentido y/u objetivo de la vida no es llegar a sentirme siempre bien, plena, sin problemas. Que las circunstancias de la vida a las que estamos sometidos todos los seres humanos no me afecten, sino por el contrario, asumir mi propia realidad como mi campo de trabajo. ¿Quién no ha sufrido en algún momento por el tedio, los continuos cambios, la incertidumbre del mañana, las enfermedades o deficiencias físicas y/o morales, la vejez y la muerte?

En Cafh he aprendido un respeto básico hacia todos los seres humanos. “Todo camino es camino para alguien”. 

El Fundador de Cafh, don Santiago Bovisio, decía que oráramos para que todas las personas, sea cual sea su orientación espiritual, que sintieran el anhelo de hacer algo por el bien de otros tuvieran la fuerza y la perseverancia para poder realizarlo. 

¿Piensan ustedes que es posible vivir la vida espiritual en el mundo de hoy?

Santiago, 12 de marzo de 2017

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9 comentarios en «¿Es posible la vida espiritual en el mundo de hoy?»

  1. Expandir los límites de la compresión propia es un trabajo apasionante….y si esto permite descubrir el sentido trascendente de nuestra existencia en el desarrollo de la humanidad ….genial!!!….SI…podemos vivir con sentido espiritual

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